viernes, 7 de marzo de 2014

Mi voz y la de todas


mujer-cubana-bandera2.jpgHace tiempo saldé cuentas con Adán. Le devolví su costilla. Gracias, le dije, pero no la necesito. Intentó disuadirme con teorías sobre mi inferioridad y me nombró a Schopenhauer y a Nietzsche. Devolví su estocada con mi doctrina de la libertad y una Tesis Feminista. Entonces se amparó en Aristóteles: “Hay que considerar la naturaleza femenina como un defecto natural”.
Contuve mi ira e invoqué a Juana de Arco. Después salí a derrotar cavernícolas, ya estaba cansada de barrer y desempolvar el paraíso. Pero no tengo cargos de conciencia, antes de marchar, lo invité, igual que Gioconda Belli, a “descubrir liberaciones conmigo”. Leer Más

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