Por Gloria Parra Barceló
He nacido en la Argentina; no es un secreto para nadie. Soy cubano y también soy argentino y, si no se ofenden las ilustrísimas señorías de Latinoamérica, me siento tan patriota de Latinoamérica, de cualquier país de Latinoamérica, como el que más y, en el momento en que fuera necesario, estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie, sin exigir nada, sin explotar a nadie.
Así pensó Ernesto Che Guevara, el hombre convertido en un símbolo de relevancia mundial; quien representa la lucha contra las injusticias sociales.
Su muerte en Bolivia no apagó la imagen de Guerrillero Heroico, sino que ensanchó su figura porque el Che está en todas partes: “En el indio hecho de sueño y cobre. Y en el negro revuelto en espumosa muchedumbre, y en el ser petrolero y salitrero, y en el terrible desamparo de la banana, y en la gran pampa de las pieles y en el azúcar y en la sal y en los cafetos…Che Comandante, amigo”.
Al decir de Fidel Castro: “Che reunía, en su extraordinaria personalidad, virtudes que rara vez aparecen juntas. Él descolló como hombre de acción insuperable, pero Che no solo era un hombre de acción insuperable: Che era un hombre de pensamiento profundo, de inteligencia visionaria, un hombre de profunda cultura. Es decir que reunía en su persona al hombre de ideas y al hombre de acción”.
A la par de los acontecimientos de cada jornada combativa, se hizo acompañar siempre de un cuaderno para reflejar los hechos de cada jornada, así dejó constancia de muchos de sus pasos por la vida y de sus ideas.
Hoy en el aniversario de su muerte en Bolivia: “Cuba te sabe de memoria… Firme la voz que ordena sin mandar, que manda compañera, ordena amiga, tierna y dura de jefe camarada. Te vemos cada día y puro como un niño o como un hombre puro, Che Comandante, amigo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario