martes, 18 de enero de 2011

Dora Alonso: Paradigma de las letras cubanas



Por Gloria Parra Barceló

"Heredera de dos culturas -España, en el idioma, y la lengua. África en el misterio y la leyenda-, Dora lleva de ambas esa sabiduría en el contar que sólo posee el pueblo. Y al pueblo, a su patria, a este archipiélago mulato, le devuelve lo que aprendió de su espacio antillano: el crecimiento de la luz, la altura aérea, sutil, la hipérbole humorística, la prisa que se convierte en síntesis, en metáfora exacta."

Así expresó Exilia Zaldaña acerca de la personalidad de Dora Alonso, quien desde los nueve años mostraba su sensibilidad, transmitida a cientos de miles de cubanos, latinos e hispanoamericanos que han bebido enseñanzas en sus libros y personajes, como el títere nacional Pelusín del Monte, la Pájara Pinta o Guille.

Adentrarse en sus textos significa iniciar un paseo por nuestras raíces, pues Dora supo aprisionar en la letra impresa, como nadie, un mundo de sensaciones, olores, sabores, sonidos, herencia directa del entorno rural donde creció, y exponente absoluto de aquello que nos identifica como pueblo.

Para la posteridad quedará la cubanía que desbordan un puñado de poemas que son como una fiesta de la imaginación y la fantasía ... una obra transparente como el riachuelo, fértil como la tierra, resplandeciente como el lucero. Una obra que llega al corazón porque nace del corazón.

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