jueves, 28 de julio de 2011

Fina García Marruz: el amor por la poesía


Por Gloria Parra Barceló

Fina García Marruz hace de la poesía un "conocimiento encarnado”. Y es que desde muy joven se dedicó a la literatura. El año 1936, fue decisivo en ello, teniendo en cuenta que el gran poeta andaluz Juan Ramón Jiménez visitara a Cuba.

Integró el consejo de redacción de la revista Clavileño (1943). Formó parte de los poetas, junto a su esposo Cintio Vitier, del Grupo Orígenes. En la revista Orígenes colaboró asiduamente con poemas, ensayos y notas críticas.

Desde 1962 se desempeñó como investigadora literaria en la Biblioteca Nacional José Martí y desde su fundación en 1977 hasta 1987, perteneció al Centro de Estudios Martianos, donde alcanzó la categoría de Investigadora Literaria, integrada al equipo realizador de la edición crítica de las Obras Completas de José Martí.

Los temas principales de su obra se resumen en "lo cubano", la memoria y la expresión católica. Sus imágenes son intuitivas, imaginales. Elementos como la espacialidad se vuelven motivos de develación de los límites de la existencia en su transmutación hacia la poesía.

En la antología Diez poetas cubanos (1948) Cintio afirmó: “Fina hace de sus poemas verdaderos movimientos del alma.”

E S P A Ñ O L

ME rodea aquí el idioma, como a mi isla
el mar. No cual lo oyera, aislado,
entre otras voces. Me envuelve ahora
por todas partes: tropiezo con su roca
de salud, cortada a pico
de eternidad: hínchame, tómame,
me vuelve a no sé qué tiempo inmemorial
y ya no huyo: méceme, la gran habla madre,
sentencia y centro de gravedad y arrullo
de las criadas Teresas olvidadas…

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