Por Gloria Parra Barceló |
En 1950, año de su primera euforia poética, una publicación cubana la proclamó “Tula II”, en comparación con otra poetisa y mujer temeraria: Gertrudis Gómez de Avellaneda. Novia de la poesía, la llamó Miguel Barnet. La leyenda popular le atribuyó historias increíbles, pero lo cierto es que Carilda Oliver Labra permanece fiel a la fe y a la savia vital que le entrega el nuevo día. Se gradúa de Bachiller en Letras y Ciencias en el Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas en 1940. Desde muy joven le palpitó el ángel de la poesía a lo que aludió: “La poesía es lo definitivo, en mí. Sin ella no me sería posible ser. La quiero como destino”. Comenzó a obtener premios internacionales, en Estados Unidos, en Cuba, sobre los años 50 ganó el Premio nacional de Poesía, y lo obtuvo con su conocidísimo libro Al sur de mi garganta. Dedicado a amigos y mártires de la Revolución Cubana su poema Conversación con Abel Santamaría fue elaborado en el año 1953 y aparece compilado en el poemario Los Huesos Alumbrados, publicado por primera vez, en 1988. Miras, Abel, y se revuelve el hambre de los pobres. Miras, y arde la libertad de los hermanos secos, enterrados a pulso frente a los sinsontes. Aquí convoco tu córnea interminable persiguiendo el mal con una lágrima, la pupila oráculo de tu hermana, rebelde, pariendo luz dentro del polvo. Fiel a sí misma, a su ciudad y a su elegido camino poético, Carilda Oliver Labra es el mejor ejemplo cubano de simbiosis entre recursos expresivos vanguardistas, del neorromanticismo y de la poesía coloquial. Por ello su poesía, ejerce el ardiente magisterio en Ámerica. |
Un blog sobre los acontecimientos más importantes del arte y la literatura, con una particular mirada sobre Holguín
miércoles, 7 de diciembre de 2011
Carilda Oliver Labra: Novia de la poesía
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