Tan viejos como las nanas, perdidas en lo más recóndito del alma
materna, tan rico melódicamente como ellas: el pregón constituye un
capítulo imprescindible del folclor del pueblo cubano, este posee sus
secretos y su magia.
En las historias romanas cuentan sus peripecias los pregoneros de
especias y frutas que ensayaban todo género de suertes para vender en
las calles, plazas y centros de diversión pública.
En Cuba el pregón adquiere perfiles propios. Cada vendedor de acuerdo
con su imaginación y su musicalidad puede improvisar pregones de mayor
o menor virtuosismo.
En La Habana  colonial, constituyeron un capítulo inherente a la vida
cotidiana. No había uno solo de esos comerciantes que no tuviese  su
pregón de empuje, peculiar, reclamando así la acogida a su mercancía.
Para Nicolás Guillén: "Es un arte que no todo el mundo puede dominar."
Carpentier  en su profunda visión de musicólogo  y artista  descubrió
en el pregón  características propias  poco estudiadas. Cuando los
floreros son dos- dice él- suelen responderse de acera a acera.
El novelista reconoció: "La verdad es que el pregón callejero o los
accesorios que sirven para anunciar sonoramente una actividad o tipo
de comercio se cuentan entre las cosas más  misteriosas que pueden
atraer la atención de un hombre."
Vendedores de yerbas  curativas  hacían sugestivas alusiones a dioses
católicos y africanos;  recitaban en forma corrida las propiedades de
las yerbas o los palos de manigua que ofrecían, haciendo gala de su
sabiduría enciclopédica dictada en breves segundos en plena calle.
Tamaleros, vianderos, maniseros, dulceros, pescadores, vendedores de
periódicos desfilaron  con gracia  inocente  o pícara  por el
escenario del teatro  Alambra. El pregón fue siempre bastón de apoyo
en la teatralización de estos personajes callejeros.
La cantera más nutricia del pregón  cubano durante la seudorrepública
fue el Son con su cadencioso montuno .Compositores populares  tomaron
melodías de pregones y las adaptaron a sus composiciones y las
interpolaron como estribillos.
Nuestros compositores  hicieron referencia  a este género y lo
inmortalizaron, como sucedió con el famoso "Manisero",  de Moisés
Simon.
El Yerberito, Frutas del Caney, El Camaronero  han recorrido  el mundo
en las voces más autorizadas  de la canción cubana, como Rita
Montaner, Bola de Nieves, Ester Borjas y otros.
Innovaciones métricas y combinaciones estróficas aparecen contenidas
en muchos pregones cubanos. Cuando lo desglosamos de la música este es
uno de sus valores literarios que le podemos atribuir.
La riqueza plástica de los pregones, su expresión teatral, su
gesticulación, el detalle pintoresco, el doble sentido, la nota
picante constituyen elementos esenciales de esta rica variedad del
folclor cubano.
Hoy el pregón  es una reliquia folclórica, un elemento más de la
cultura  creada por el pueblo, un aporte fundamental a la música
cubana  y su perfil humano.
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